Candelario es un pequeño pueblo de la Sierra de Béjar bellísimo aunque a mi lo que más me llamó la atención cuando lo visité por primera vez fueron las dos cabinas telefónicas de madera localizadas a la entrada.
Un objeto inusual para hoy en día, anclado en el tiempo y enmarcado en un espacio como un objeto inanimado más propio de una escultura que de un objeto mueble.
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